La educación y las mujeres
¡Hola de nuevo! Ha pasado bastante tiempo desde la primera y última vez, pero no había encontrado ninguna idea que me inspirase a escribir. Sin embargo, sí que hay unas preguntas que me he hecho siempre, ¿cómo era la educación antes? ¿Y el rol de las mujeres en ella?
Aunque nuestro profesor Sergio nos ha contado un poco sobre la historia de la educación a lo largo de los años, quise investigar un poco más, además de enfocarme también en las mujeres. Por eso, hoy, os traigo este blog.
Sabemos que la educación como tal ha surgido como una necesidad de nosotros, los humanos, para transmitir conocimientos, valores, habilidades y cultura de una generación a otra. Sin embargo, su origen se remonta a los inicios de la humanidad, mucho antes de que existieran las escuelas que conocemos hoy.
Antes que todo, en la prehistoria, no existía una educación formal, pero sí una educación informal que se basaba en la observación, la imitación y la práctica. Se aprendía a través de la participación en las tareas de la comunidad, entre las que destacan la caza, la recolección y la construcción de refugios, por tanto, la transmisión de conocimientos se hacía de forma oral. No existía la figura del profesor, sino que eran los padres y los adultos, quienes eran los principales transmisores de conocimientos.
Las mujeres desempeñaban un papel crucial, debido a que se encargaban de la educación de las más pequeñas, recolectar alimentos, preparación de comidas y cuidado de los cultivos son algunas de las habilidades que se enseñaban, además de la transmisión de tradiciones culturales y éticas.
Esta forma de aprendizaje no seguía una estructura formal, sin embargo, a mi parecer, es muy efectiva. Los niños aprendían todas esas habilidades necesarias para su supervivencia, lo cuál, hace que se adapten a su contexto. Además, todos participaban en el proceso formativo, tanto niños como adultos, en las diferentes tareas cotidianas, lo cuál, crea un sentimiento de comunidad, donde no hay una separación entre escuela-vida cotidiana.


Seguidamente, en Mesopotamia, Egipto, China e India, donde las sociedades se volvieron mucho más complejas, surgieron las primeras civilizaciones, por tanto, también la educación formal, que pretendía formar a escribas, administradores, sacerdotes y gobernantes. Se les enseñaban a escribir en cuneiformes sobre las tablillas de arcilla. El curriculum incluía la escritura cuneiforme, matemáticas, contabilidad y conocimientos sobre la cosmología y la religión. Aparecen las primeras escuelas y textos educativos, sin embargo, la educación estaba reservada a una élite social y masculina.
Esta educación es un claro reflejo de las estructuras de poder y religión de cada sociedad, y aunque estaba reservada a las clases altas, significó un gran impacto y ha dado origen a muchas de las tradiciones educativas que aun están oy vigentes.

Damos otro paso en la historia y nos encontramos en la Antigua Grecia, donde podemos diferenciar dos grandes ciudades
En Atenas se centraron más en el desarrollo del cuerpo, la mente y el espíritu, cuyos objetivos eran formar ciudadanos cultos, con pensamiento crítico y participación política, por tanto, se valoraba mucho las artes, la filosofía, la literatura, la retórica y la gimnasia. El ideal paideia era conseguir la areté, una excelencia pública.
Nacen los famosos pensadores Sócrates, Platón y Aristóteles.
Sin embargo, en Esparta, el objetivo era formar soldados disciplinados y fuertes, donde los niños, con 7 años de edad, tenían que ingresar en la agogé, el sistema de entrenamiento del Estado, por tanto, la educación era física, moral y militar.
Las mujeres no podían acceder a la educación formal, sino que sus tareas eran domésticas, enfocadas a a crianza de los hijos, el tejido y la cocina. Aunque existen excepciones como la poeta Safo, que dirigía una escuela de señoritas.
La educación en la Antigua Grecia fue una de las más influyentes de la historia. Su enfoque sentó las bases del conocimiento occidental, aunque como sabemos, aún era exclusiva y desigual, ya que solo podían acceder a ella los hombres libres, mientras que las mujeres, los esclavos y los extranjeros quedaban fuera.

En la Edad Media, la educación estaba controlada por la Iglesia, con un enfoque principal en la preparación para la vida religiosa y la salvación eterna. Se enseñaban en escuelas monásticas, episcopales, parroquiales y aparecen las primeras universidades en Europa. Se formaban principalmente a clérigos, monjes y nobles. La enseñanza era en latín y el currículum se basaba en el trivium (gramática, retórica y dialéctica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música).
Algunas mujeres de clases altas podían ingresar a conventos para recibir una educación religiosa y literaria. Las mujeres nobles tenían acceso a la educación privada, aunque no tan avanzadas como los de los hombres. Sin embargo, las mujeres de clases bajas no accedían a la educación formal, y como en la Antigua Grecia, se encargaban de las tareas domésticas.
Por tanto, esta educación se centró más en la obediencia que en el pensamiento crítico, aunque ello permitió preservar y transmitir conocimientos del saber antiguo.
Durante el Renacimiento y la Edad Moderna, se revaloran el conocimiento clásico, es decir, el griego y el romano. La educación era más laica, se pasó de una educación principalmente religiosa y para la élite a una más amplia y secular, con un mayor énfasis en el humanismo, la razón y la observación. Se fomento el estudio de las lenguas clásicas y modernas, la literatura, la historia, las ciencias y el arte, por lo que la educación se enfocó a desarrollar la capacidad crítica y analítica del individuo, no solo en la memorización de conocimientos. Surgimiento de escuelas publicas en algunos países.
Algunos pensadores comenzaron a defender que las mujeres también debían ser educadas, aunque con un enfoque diferente al masculino. Sin embargo, la mayoría de las mujeres seguían sin acceso a la educación formal, ya que solo estaba limitado a las clases altas, donde aprendían sobre la religión, la moral y el comportamientos, la música, la literatura y el bordado. Una figura defensora de la educación femenina fue Cristina de Pizán.
Durante esta etapa, la educación experimento un gran paso adelante respecto a épocas anteriores, especialmente por el interés en el valor del ser humano como individuo. Pero como se ha visto, la educación seguía siendo elitista y desigual.

La última etapa antes de nuestra era digital es la Edad Contemporánea, donde la educación se caracteriza por ser dinámica y adaptada a los cambios sociales, económicos y tecnológicos. Se enfoca en la formación integral de las personas, preparando a los individuos para enfrentar la complejidad del mundo actual. Se busca desarrollar habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la capacidad de adaptación. La educación se establece como obligatoria y como un derecho en muchos países, por tanto, hay una mayor inclusión de las mujeres y las clases populares, es decir, una educación para todos. Los sistemas educativos son organizados por los gobiernos y surgen nuevos métodos pedagógicos como los de Montessoria o Freinet.
Esta educación, sin duda, es una de las transformaciones más importantes de la historia, donde por primera vez, se considera un derecho universal y no un privilegio para unos pocos. Esta etapa representa un avance enorme hacia la igualdad y el progreso social, aunque todavía existían alguna discriminación.
Como conclusión, la educación a lo largo de la historia ha sido un reflejo del desarrollo de las sociedades, desde la transmisión oral de conocimientos en la prehistoria hasta los sistemas educativos modernos, cuya evolución refleja los cambios culturales, sociales, religiosos y tecnológicos de cada época.
Bibliografia:

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